SIN RUMBO
Caminan y corren por este mundo,
calles y avenidas conocen de sus andanzas,
buscando ese ser perdido
en el medio de las tristezas.
Van y vienen corriendo,
como si fuese el último día de sus precoces proezas,
para seguir viviendo
al compás de las continuas vilezas.
No paran, sólo saben de ir aguantando,
de frenar el hervor del estómago, hecho trizas,
y de enfriar la mente, con el pegamento que van aspirando,
mientras su vida se diluye en jirones de pequeñas destrezas.
No saben de escuelas, sino de seguir vagando,
no saben de pizarrón y de blancas tizas,
porque su lugar en este mundo
solamente es la calle, con sus renegridas cabezas...
VIVIR SOÑANDO
Nacen y siguen andando por estos lares,
de la mano de aquello que les falta,
de aquello que les impide ser estelares
por esa ilusión encendida en una caja boba, que los irrita...
Pero no se trata de soñar con aquellos placeres,
sino de lograr ese lugar que los reconozca, pero se les dificulta,
para convertirse en humanos seres
en igualdad plena con sus semejantes en plena vida adulta.
Viven soñando, con la ilusión de llegar a esos lugares,
a aquellos que les permita vivir con dignidad alta,
para conseguir lo que les falta,
para mostrar la realidad que, por sí sola, resalta.
Siguen buscando esa oportunidad, esos nuevos lares,
en donde todo pueda hacerse, sin otra vuelta,
para convertirse en plenos seres,
en niños y niñas que pueden llegar a la vida adulta...
Javier Sanz
12 / 08 / 07
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